CAPITULO III
NUEVO PEREGRINAJE (1533)
Encontrándose en la Coruña, hay dos nombres que le atraen con lazos afectivos: Oropesa y Montemayor. Hace ya casi treinta años que salió de Montemayor y tuvo el deseo de volver a Portugal, por parecerle cómodo el camino desde este lugar y por tener noticia de aquellos que le habían cuidado de niño, se puso en camino llegando a Montemayor y preguntando por ellos, nadie le pudo dar noticias ciertas. Un pariente suyo que le reconoció después de muchas indagaciones, le invitó a quedarse con él en su casa, como si de su hijo se tratase, pero Juan que respiraba el ambiente aventurero de la época, decidió poner rumbo a nuevos lugares.
Llegó a Andalucía por tierras sevillanas y se puso a guardar ganado. El silencio del campo es buen amigo para la reflexión y, como no se veía en el camino que Dios le había trazado, andaba triste, sin sosiego ni ánimo para seguir guardando las ovejas. Pocos días estuvo en las tierras andaluzas y, como huyendo de sí mismo, puso rumbo a Gibraltar.
Estamos en el año 1535. España y Portugal tienen interés en fortificar las ciudades y puertos del norte de África contra las incursiones de Barbarroja. Conviene asegurar sobre todo la plaza de Ceuta que está regida por el rey de Portugal, Juan III, ya que Túnez ha caído en manos del Emperador.