Crónica ceremonias de Vela del Santo Sepulcro e Investidura de los días 21 y 22 de Noviembre de 2008

Vela del Sepulcro de San Juan de Dios
En la noche del 21 de Noviembre todos los Caballeros y Damas ataviados con sus capas y mucetas, congregados en la sacristía de la Basílica de San Juan de Dios de Granada, fueron testigos de cómo los nuevos Caballeros y Damas hicieron promesa de cumplir fielmente los estatutos de la asociación y guardar silencio en todo aquello que demande el Gran Maestre.

De esta forma comenzó la Solemne Vela del Santo Sepulcro de San Juan de Dios. Esta ceremonia es de carácter más íntimo que la investidura, donde no pueden asistir invitados ni familiares; sólo acudieron los postulantes de los distintos grados de la orden y aquellos miembros ya investidos que así lo desearon.

Se inició la entrada en la basílica precedida por la bandera de la Orden y la espada del Gran Maestre, seguida del resto de espadas, cruz, ciriales y Evangelios. Las armas eran portadas por los Decuriones de la Orden, como símbolo de protección del Sepulcro de San Juan de Dios.

Situados cada uno en su sitio en la basílica comenzaron los ritos iniciáticos de la Vela, seguidos de una homilía que el Gran Maestre y también Rector de la Basílica de San Juan de Dios, dirigió a los allí presentes.

Inició dicha homilía diciéndonos que nuestro objetivo primordial es mantener el valor supremo de la caridad, ya que San Juan de Dios se distinguió por su espíritu de misericordia y de caridad. Es por su caridad que necesitaba un monumento, por eso se levantó la Basílica de de San Juan de Dios, un panteón glorioso para el pobre de la caridad que se desvencijó por los pobres de Granada. El Gran Maestre definió la Basílica como un elogio a la misericordia y a la caridad de San Juan de Dios.

Prosiguió explicándonos que al ser nuestra vela en este panteón glorioso vamos a velar por los valores de este pilar de la caridad: San Juan de Dios. Y velar por valores que se echan en falta en esta sociedad postmoderna donde el absurdo campa a sus anchas. Nos ponemos en frente de lo absurdo, del imperativo categórico del todo vale, ya que no todo vale. El Gran Maestre argumentó que cuando decimos que todo vale significa que nada vale, que todo da lo mismo; ésto es lo que estamos viviendo en estos tiempos. Por eso esta noche nos llamo a pararnos a reflexionar para salvar los valores de los Caballeros y Damas, que deben de tener como valor supremo el valor de la caridad, el valor de nuestro santo patrón, pero además otros muchos valores como la sinceridad, el saber, la paciencia, la cultura, etc.

El Gran Maestre nos explicó que cuando hablamos de la vela del Santo Sepulcro de San Juan de Dios, estamos hablando de velar por nuestro valores y mantenernos firmes en ellos. Nosotros tenemos que decir como el ángel: “Non serviant”, por que no podemos servir a nada que no sea a Dios, nos conminó a no servir a ésta época postmoderna que quiere avasallar los valores. Nos recordó que ser caballero es mantener este estilo de valores en la sociedad ante tanta tanta desgana y ante todo da igual.

Fray Juan José comparó nuestra vela por el Santo Sepulcro de San Juan de Dios con la vigilia de estos valores que están relacionados con la caridad. Como en el albor de los tiempos, donde los primeros cristianos se reunían para estar vigilantes, alertas, estar despiertos. Nos recordó lo que dijo el Apostol San Pedro “Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle firmes en la fe“. Y resistir en la fe para mantener estos valores. El Gran Maestre nos aconsejó resistir en la fe y defender nuestros valores para ser contraculturales, que en este caso significa educarnos en la cultura. Ir en contra de lo que hace la mayoría, ya que lo que hace la mayoría es un valor para la mayoría. Y no por que lo haga todo el mundo es ético desde el punto de vista de la persona.

Para finalizar la homilía nos recordó que Juan de Dios en un mundo donde prima el tanto tienes tanto vales, dice porque eres hombre me vales y eso me basta. Fray Juan José nos indicó que ese es el gran valor. Que esta noche estamos velando el sepulcro de San Juan de Dios para velar sus valores, para ser contraculturales, para mantenernos firmes en la fe. Como Gran Maestre nos mandó ser firmes en la fe, mantener los valores del evangelio y mantener el gran valor de la caridad.

Una vez terminada la homilía, comenzó la procesión al camarín donde Escuderos, Decuriones, Caballeros y Damas cubiertos iban precedidos por Cruz, ciriales y espadas. Ya en el camarín el Gran Maestre procedió a la lectura de un fragmento de una carta de San Juan de Dios y comenzó el rito de la Vela e iniciación de las Damas y Caballeros.

Un rato después, comenzó la bajada del camarín de igual modo a como se había producido su subida y una vez en la basílica, se celebró una Exposición del Santísimo, seguida de oración silenciosa y privada ante Jesús Sacramentado.

Para finalizar llegó la bendición a los allí presentes y terminó la ceremonia de Vela del Sepulcro de San Juan de Dios.

Investidura de Dama, Caballeros, Decuriones y Escuderos
A la misma hora, las 20:30, en la noche del día siguiente, sábado 22 de Noviembre, y también en la Basílica de San Juan de Dios tuvo lugar el acto de investidura de Caballeros y Damas de la Orden del Santo Sepulcro y Basílica de San Juan de Dios y la investidura de un Escudero.

Se inició la procesión de entrada, precedida por la cruz, los ciriales, la espada a usar en la investidura y la bandera de la Orden. En la procesión de entrada todos los caballeros y decuriones, por llevar éstos y aquellos capucha, iban cubiertos. En esta solemne procesión, dentro de la Basílica y a puerta cerrada ,cuando el cortejo entró, comenzó a sonar el himno de la orden “Deus Charitas Est”, llegados la espada y la cruz al altar cada uno ocupó su sitio.

Los miembros de la Orden ya investidos se colocaron en los primeros bancos de la iglesia,  y en el trozo de la basílica que separa bancos y altar se situaron todos los postulantes: Damas, Caballeros y Escudero.

El Ilmo. Sr. Don Juan Luís Aguilera Castilla, Prefecto de los grados menores de la Orden y Vicemagíster Ceremoniarum, comenzó el acto con la presentación del Gran Maestre, el Excmo. Sr. Fray Juan José Hernández Torres. La presentación fue realizada por el Canciller de la asociación, el Ilmo. Sr. Don Andrés Tortosa Muñoz.

En este punto de la ceremonia comenzó la exhortación del Gran Maestre donde comenzó encomendándonos a San Juan de Dios y observando que la Orden de Caballeros y Damas está aumentando sensiblemente. Siguió comentando que cada vez somos más los dispuestos a defender los ideales y los valores que este pobre hombre que se desvencijó para que el hombre de su tiempo en Granada estuviera un poco mejor (en referencia a San Juan de Dios). Nos encomendó a comprometernos a velar y salvaguardar este monumento a la caridad que es la Basílica de San Juan de Dios, pero ello quiere decir también mantener los valores que hicieron posible este monumento: El valor primordial de la caridad. Nos  comentó que no podríamos llamarnos Caballeros o Damas si no llevamos en nuestro corazones el ideal de la caridad y de la misericordia, intentando hacer un mundo mejor y una sociedad más justa.

Fray Juan José nos hizo prestar atención a que la Basílica está para reforzar a toda la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, miles de hermanos repartidos por todo el mundo que tienen este templo en su punto de mira, pues tienen puesta la mirada en el Sepulcro de San Juan de Dios. La Orden Hospitalaria es la que nos respalda, y los Caballeros y Damas se comprometen a mantener  este monumento, este espíritu plástico, para que quienes miren la belleza singular de este monumento puedan admirar sobre todo la caridad de San Juan de Dios.

Prosiguió comentándonos que en los tiempos que vivimos puede ser que alguien se pregunte que si todo esto (refiriéndose a la Basílica) es necesario para mantener el sepulcro de San Juan de Dios, o que se pregunte si a San Juan de Dios le gustaría estar ahí. Y nos indicó que hacerse una pregunta fuera de su tiempo no es correcto, ya que la basílica se construyo cuando Don Pedro Calderón de la Barca escribía “el gran teatro del mundo”, eran tiempos barrocos donde el lenguaje era el barroco. Por tanto, no podemos preguntarnos hoy en día porqué aquellos hijos de San Juan de Dios le hicieron este monumento. Ellos quería que San Juan de Dios se notara y su forma fue construir esta Basílica con el lenguaje de la época.

El Gran Maestre nos recordó un texto de la sagrada escritura donde Moisés ve una zarza ardiendo: es un espectáculo maravilloso, y Moisés se acerca a ver dicho espectáculo. En ese momento Dios se dirige a él: “Descálzate, porque el lugar que pisas es suelo sagrado”. Nos indicó que Dios se vale de ese espectáculo para que Moisés fuese el libertador de su pueblo. Nos comentó que podemos usar este símil para la Basílica: es un espectáculo maravilloso al que viene ver gente de todos los tiempos, de todas las culturas, de todos los sitios y de todas las religiones. Nos conminó a que nosotros desde este espectáculo tenemos que enseñar que hay uno que se desvencijó por los pobres de Granada y hay una Orden Hospitalaria benemérita que son los hijos de san Juan de Dios, que se juega la vida cada día, luchando por hacer un mundo mejor.

Fray Juan José nos relató una anécdota donde una persona le preguntó que cómo se atrevía a hablar así en este marco, y él le contestó que tenía toda la razón que éste era el marco (refiriéndose a a la Basílica) pero dentro está el cuadro completo, donde están los hermanos hospitalarios.

Como Caballeros y Damas, nos exhortó a velar por este marco desde donde enseñamos el cuadro: la caridad de San Juan de Dios. Prosiguió que tenemos que ser capaces de mantener este marco, este espectáculo para que cualquiera que visite este lugar se encuentre con este hombre que es San Juan de Dios.

Terminó dirigiéndose a los postulantes llamándolos para que se preocupen en que la Orden de Caballeros y Damas aumente en número e influencia para mantener estos ideales y la Basílica.

Acto seguido a la exposición del Gran Maestre se presentaron a los miembros de la junta directiva de la asociación que estaban allí presentes. Como Senescal, la Excma. Sra. Doña María del Carmen Maroto Vela; como Canciller el Ilmo. Sr. D. Andrés Tortosa Muñoz; como Vicesenescal el Ilmo. Sr. D. Valentín Pedrosa Rivas; como Vicecanciller el Ilmo. Sr. D. José Maldonado Martínez; como vocal Cronista el Ilmo. Sr. D. Fco. Javier García Castellano; como vocal Preceptor el Ilmo. Sr. D. Antonio Manuel Alaminos López y el vocal Prefecto de grados menores y Vicemagister Ceremoniarum Juan luis Aguilera Castilla.

Primero comenzó el acto de investidura del Escudero, donde el Caballero Prefecto interpeló al postulante si estaba dispuesto a ser Escudero, profesar obediencia y aceptar el modo de vida de la Orden. Seguidamente comenzó el ritual del pescozón. En el pescozón el Gran Maestre le da al postulante una bofetada a la derecha, otra a la izquierda y con la palma de la mano en la frente. El Escudero investido fue el Sr. Dom. Jonathan Martínez García, acompañado por sus padrinos el Ilmo. Sr. D. Felipe Pascual Torres y el Ilmo. Sr. Don Vicente Delgado Florencio.

Finalizada la investidura de los grados menores de la orden, comenzó la investidura de Caballeros y Damas con el Gran Maestre realizando una interpelación general donde se aludió a los asistentes a poner alguna objeción a los aspirantes o que guardaran silencio en lo sucesivo. Ya que ninguno de los que allí estaban puso objeción alguna, se presentó cada uno de los Caballeros y Damas leyendo sus respectivos currículos por el Caballero Canciller. Después de la Profesión de Fe, llegó el acto de investidura y espaldarazo, donde cada Caballero y Dama se postró de rodillas en un reclinatorio frente al sagrario y afirmó su voluntad de ser nombrado Caballero o Dama del Santo Sepulcro y Basílica de San Juan de Dios. Aún de rodillas, se les impuso la muceta para los Caballeros o la banda para las Damas y la venera de la Orden bendecida, recibieron el espaldarazo con el bastón de San Juan de Dios, dando un golpe a la derecha, otro a la izquierda y otro a la derecha. Antes de levantarse cada Caballero o Dama besó la reliquia del Santo que está en el báculo, recibió su diploma que lo acredita como miembro de la Orden y regresó a su sitio.

En el momento de la investidura cada Caballero y Dama estuvo acompañado por dos padrinos. La lista de Caballeros y Damas investidos, junto con sus padrinos es la siguiente:

•    Ilma. Sra. Dª. Carmen Barriga Ibars acompañada por la Ilma. Sra. Dª. Monteserrat Rivero Urgell y la Ilma. Sra. Dª. Josepa Quer Domingo.
•     Ilmo. Sr. D. Evelio García García apadrinado por la Excma. Sra. Dª. María del Carmen Maroto Vela y el Ilmo. Sr. D. Juan Carlos Herrero Romera.
•    Ilma. Sra. Dª. Rita Soler Márquez acompañada por la Ilma. Sra. Dª. Monteserrat Rivero Urgell y el Ilmo. Sr. D. Aquilino Joaquín García Perea.
•    Ilmo. Sr. D. Cándido Mena García apadrinado por el Ilmo. Sr. D. Nicolás Roberto Monteoliva y el Ilmo. Sr. D. Luís Miguel Hernández Torres.

Una vez terminada la investidura se inició la procesión al camarín donde descansan los restos de San Juan de Dios mientras era cantado el Veni Creator Espiritus. Llegados al camarín y con las puertas del mismo abiertas, todos los Caballeros y Damas, situadas alrededor de la urna con los restos del Santo, hicieron juramento ante las reliquias de San Juan de Dios. Iniciaron la procesión de vuelta mientras se cantaba el Te Deum y todos los recién investidos volvieron a la Iglesia, recibiendo el saludo litúrgico de los Caballeros y Damas que los habían apadrinado.

El Gran Maestre, con una bendición, concluyó la ceremonia. Finalmente después de la ceremonia de investidura se ofreció una copa en el hospital de San Rafael, adyacente a la basílica de San Juan de Dios.