SAN JORGE SANTO PATRÓN DE LAS ÓRDENES DE CABALLERÍA

"San Jorge y el dragón", pintado en 1504 por Rafael

"San Jorge y el dragón", pintado en 1504 por Rafael-


!!!Felicidades, mañana 23 de abril es el día de San Jorge Mártir, Santo Patrón de las Órdenes de Caballería, en general, es decir de sus Caballeros, Damas, Decuriones y Escuderos!!!.

A la vez, aclamamos a San Juan de Dios, Santo Patrón e Intercesor de esta Orden de Caballeros y Damas del Santo Sepulcro y Basílica de San Juan de Dios de Granada.

San Jorge Mártir es el Patrón de muchos Países, Regiones y de los Caballeros y Órdenes de Caballería.
Su culto alcanzó gran celebridad desde muy antiguos tiempos en la Iglesia.
La Iglesia de Oriente lo llama “El Gran Mártir”.
En tiempos de Las Cruzadas, el Rey Ricardo Corazón de León se convenció en Tierra Santa de que San Jorge tenía un gran poder de intercesión en favor de los que lo invocaban y llevó su devoción a Europa, especialmente a Inglaterra.

Las antiguas tradiciones decían lo siguiente acerca de este gran Santo:

“Nacido en Lydda, Palestina, la tierra de Jesús, era hijo de un agricultor muy estimado. Entró en el Ejército y llegó a ser Capitán. Se hizo famoso porque al llegar a una ciudad de Oriente se encontró con que un terrible caimán (o dragón o tiburón) devoraba a mucha gente y nadie se atrevía a acercársele. San Jorge lo atacó valientemente y acabó con tan feroz animal. Y reuniendo a todos los vecinos que estaban llenos de admiración y de emoción, les habló muy hermosamente de Jesucristo y obtuvo que muchos de ellos se hicieran cristianos.
Pero el Emperador Diocleciano mandó que todos tenían que adorar ídolos o dioses falsos y prohibió adorar a Jesucristo. El Capitán Jorge declaró que él nunca dejaría de adorar a Cristo y que jamás adoraría ídolos. Entonces el Emperador declaró pena de muerte contra él. De paso para el sitio del martirio lo llevaron al templo de los ídolos para ver si los adoraba, pero en su presencia varias de esas estatuas cayeron derribadas por el suelo y se despedazaron. A Jorge lo martirizaron y mientras lo azotaban, él se acordaba de los azotes que le dieron a Jesús, y no abría la boca, y sufría todo por Nuestro Señor sin gritar ni llorar. Muchos al verlo exclamaban: “Es valiente. En verdad que vale la pena ser seguidor de Cristo”. Cuando lo iban a matar decía: “Señor, en tus manos encomiendo mi alma”. El siempre rezaba y Dios siempre lo escuchaba. Al oír la noticia de que ya le iban a cortar la cabeza se puso contento, porque tenía muchos deseos de ir al Cielo a estar junto a Nuestro Señor Jesucristo.
Ya desde el siglo VI se le ha tenido gran veneración en Oriente y posteriormente en Occidente”.
Hasta aquí una sencilla narración antigua.

Antaño, los Caballeros siempre cabalgaban llevando cerca de ellos a su Escudero, un joven ayudante y compañero, y detrás de ellos marchaba su grupo de hombres de armas o Decuriones.
En tiempos de Paz, los Caballeros cabalgaban diariamente en busca de oportunidades para ejecutar una “Buena Acción” con alguien que necesitara ayuda, especialmente con quienes se encontraran en apuros.
Cuando se dedicaban a realizar estas “Buenas Acciones” se les llamaba “Caballeros Andantes”.
La divisa de los Caballeros era: “Estad siempre listos”.

Estas eran las “Ocho leyes de los Caballeros”, hay que hacer lógicamente una lectura actualizada de las mismas:
1.- Estad siempre listos para cumplir con vuestros deberes de Caballeros.
2.- En cualquier cosa que trabajéis, tratad de ganar honor y fama de honestidad.
3.- Defended al pobre y al débil, la Caridad es vuestro escudo.
4.- No hagáis nada que hiera u ofenda a alguien.
5.- Estad preparados en defensa de vuestra Patria y vuestra Orden.
6.- Jamás faltéis a vuestra palabra.
7.- Defended y difundid la Cristiandad.
8.- El Honor es divisa de Hermandad.

La Caballería requiere adiestrarse con laboriosidad y humildad, con alegría y gracia, y ejecutar buenas acciones de servicio y caridad para los demás.
Un Caballero, o una Dama es siempre un Caballero o una Dama.
El poder no hace al Caballero. Un Caballero, o una Dama, es aquel, o aquella, “que guarda las Leyes de la Caballería y de su Orden”.

DEUS CHARITAS EST