CAPITULO IX
LA CONVERSIÓN DE SAN JUAN DE DIOS (1539)
Toda conversión ha de hacer referencia, como en la persona de Jesús, a “salvación de muchos”, pasando por el propio sacrificio y la entrega voluntaria. Es considerada como el cambio radical en la propia forma de pensar, basada en el poder, tener y placer, hacia otra forma de vida, más complicada y estrecha, en la mayoría de los casos incomprensible incluso para el que la vive, pero liberadora, gozosa y gratificante para los otros.