CAPITULO XXXIII
EL ENTIERRO DEL PADRE DE LOS POBRES
La ciudad de Granada, se quedó como “HUÉRFANA”.
“A su cuerpo se le hizo el más suntuoso y honrado enterramiento que jamás se hizo a príncipe, emperador, ni monarca del mundo”
“Fue tanta la gente que acudió sin llamar a ninguno, de todas las calidades, que fue cosa de admiración”.
Amortajaron el cuerpo y lo pusieron sobre un lecho bien adornado, en una sala grande de la Casa de los Pisa. Frailes y clérigos dijeron Misas y Responsos, en tres altares preparados para el momento.
